En
este lugar se encontraba el Castillo de la Atalaya de Pelayo Velidiz. Estaba
situado en un promontorio al sur del término municipal de Montehermoso y era
custodiado por los Caballeros de la Orden de Santiago.
Esta
orden religiosa y militar que surge en el siglo XII en el Reino de León, fue
fundada en el año 1.145 durante el reinado de Fernando II, se les llamó
Caballeros de Cáceres.
A
día de hoy ya no queda ningún resto de su existencia, solo sabemos de el por
los documentos históricos que avalan su presencia y que lo sitúan como uno de
los puntos más estratégicos de esta zona del Valle del Alagón.
A
finales del XII se documentan la Atalaya de Pelayo Velidiz y la Villa de La
Rinconada que estaba situada en la desembocadura del Arroyo de Aceituna en el
río Alagón, en la zona conocida como Boca del Arroyo.
La
Villa de La Rinconada se abandonó aproximadamente a últimos del siglo XV,
principios del siglo XVI, al mismo tiempo que desaparece el Castillo y el
poblado de La Atalaya.
Además existían otras dos aldeas cercanas que con el paso del tiempo fueron
abandonadas, hay que recordar que por esa época eran muy frecuentes las
epidemias por paludismo.
A
partir de entonces las gentes de la Villa de La rinconada y el poblado de La
Atalaya comienzan a asentarse en una pequeña aldea situada entre un monte de
encinares que habían formado unas pocas familias y que con el paso del tiempo
acabaría convirtiéndose en el pueblo de Montehermoso (Montefermoso).
A continuación se exponen una serie de datos, hechos y sucesos históricos de la Atalaya y sus tierras desde el siglo XV.
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Año 1411. La comendadora María Ramírez de Guzmán y la comunidad de freilas del monasterio del Sancti Spíritus de Salamanca conceden una carta de exención a los que se avecindasen en tierras de Palomero y La Atalaya.
Año
1418. Fernán Sánchez, visitador enviado por el maestre de la Orden de Santiago,
autoriza el contrato de arrendamiento otorgado por la comunidad de freilas del
monasterio de Sancti Spíritus de Salamanca y su subcomendadora Beatriz Alfonso,
a Gonzalo Martínez, vecino del Casar de Palomero, de todas las rentas del
monasterio en los lugares del Casar de Palomero y La Atalaya, y las casas que
tienen en Casar y Plasencia, por un periodo de dos años y renta anual de trece
mil maravedís.
Año
1422. Los vecinos de La Atalaya y el concejo del Casar de Palomero, en su afán
por amarrar los privilegios antiguos piden al alcalde del Casar, Alfonso Pérez,
que otorgue un traslado de las escrituras de exención que les habían concedido
las comendadoras Inés Alfonso, Leonor Pérez y María Ramírez de Guzmán y la
comunidad de freilas del monasterio de Sancti Spíritus de Salamanca, señoras de
estos lugares, el 5 de noviembre de 1388, el 5 de junio de 1392, el 38 de marzo
de 1397 y el 6 de julio de 1411.
Año
1466. María González de Valer renuncia a la encomienda, y Mayor Coello es
elegida nueva comendadora del monasterio de Sancti Spíritus de Salamanca, ésta
a la vez nombra a Fernando Nieto mayordomo de la villa de Casar de Palomero y
la dehesa de La Atalaya, propias de la encomienda de Sancti Spíritus.
Año
1471. La comendadora del monasterio de Sancti Spíritus de Salamanca nombra a
Marcos Alfonso, freile de la Orden de Santiago y capellán del monasterio, para
que tome posesión como mayordomo de la villa del Casar de Palomero y la dehesa
de La Atalaya.
Año
1493. El 21 de julio los Reyes Católicos desde Barcelona, a instancia de María
Flores, comendadora electa y las freilas del monasterio de Sancti Spíritus de
Salamanca, ordenan al corregidor de Salamanca Diego de Mendoza que investigue
la ocupación violenta del Casar de Palomero, La Atalaya y otros lugares de la
encomienda del monasterio llevada a cabo por Juana Zapata, obligándole a
restituir las rentas tomadas y a reponer la justicia ordinaria.
Año 1501. Comisión al corregidor de Salamanca, a petición de la comendadora y freilas del monasterio de Sancti Spiritus de dicha ciudad, sobre que el conde de Osorno, cuya es la villa de Galisteo, y los vecinos de ésta, en donde dichas freilas tienen y poseen una dehesa llamada Castillo de la Atalaya, les han quebrantado sus derechos de propiedad y jurisdicción quemándosela y matándoles los ganados.