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Torre de la Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Asunción en Montehermoso |
El origen del Día de Todos
los Santos
El día 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, es una fiesta preferentemente
religiosa. Su celebración no solo es en España sino en la mayor parte de países
de tradición cristiana, el primero de noviembre es el día en el que se rinde homenaje
a todos los santos.
El origen de esta celebración se remonta
a principios del siglo IV, como consecuencia de la persecución liderada por
Diocleciano, un emperador romano que tiene mala fama por haber hostigado
cruelmente a los cristianos.
La
Gran Persecución como
siempre será recordada, fue un sangriento acosamiento que el Imperio Romano
llevó a cabo contra los fieles cristianos. En el año 303 proclamó severos
edictos contra la religión católica dejando miles de muertos, a los que la
Iglesia consideró como mártires.
Por ello se determinó homenajear a todos
estos mártires y se decidió buscar un día en su honor. La proclamación de la
fiesta de Todos los Santos fue oficializada por el papa Gregorio IV, quien en
el año 835 decidió que la celebración quedase instituida el 1 de noviembre en
el siglo IX y que sigue perdurando a lo largo de los siglos.
Desde entonces y como cada año, el 1 de
noviembre, en España y en el mundo entero se celebra la fiesta que nos recuerda
a todas las personas queridas que han fallecido. Son muchas las personas, principalmente
las más mayores, las que acuden a los cementerios con flores para visitar a sus
seres queridos, rezar en su memoria y con ello hacer que permanezcan en el
recuerdo.
En los días anteriores a esta
celebración, los cementerios se llenan de gente que se afana en limpiar y
adecentar las sepulturas de sus familiares queridos, decorándolas con flores y
otros elementos decorativos que tenían que ver con la vida de las personas que
allí yacen.
El Día de los Santos en
Montehermoso
Antiguamente El Día de los Santos era costumbre que los monaguillos salieran a
pedir La Chiquitía unos días antes. Recorrían
las calles del pueblo con una campanilla o esquilón, la gente les daba lo que
podía desde castañas, nueces, higos pasos, membrillos o caramelos.
Por la tarde se hacía una misa en el
cementerio (actualmente se conserva esta costumbre) por todos los difuntos.
Los monaguillos subían a la torre de la
iglesia antes de que comenzara la misa y empezaban a tocar las campanas en
honor de los difuntos. Luego por la noche, al calor de una lumbre, asaban
castañas y degustaban los dulces, nueces, higos pasos y demás productos que
habían obtenido por las calles pidiendo La
ChiquitÍa. En la fría noche eran acompañados por varias mozas que cantaban
el rosario al toque de las campanas, que no paraban hasta llegar el alba.
Una costumbre muy extendida y hoy en día
ya casi desaparecida, era la tradición de Los
Corales, Era un regalo que hacían las madrinas a sus ahijados o en algunos
casos las abuelas a sus nietos o las tías a sus sobrinos. Consistía en realizar
un collar ensartando castañas, nueces, higos pasos, caramelos, golosinas, granadas,
membrillos o manzanas. Las madrinas solían entregar los corales a sus ahijados
hasta que eran adolescentes, en mi caso, el ultimo coral que me regaló mi
madrina fue cuando tenía 14 años.
Los Calbotes
Es tradicional este día irse al campo a
asar los calbotes, que es el nombre que se da a las castañas asadas. Una
actividad muy popular en la que amigos, familiares y conocidos salen al campo,
o en sus casas asan las castañas a la manera tradicional y comparten una buena
comida.
El Día de Difuntos
El día 2 de noviembre se celebra el Día
de los Difuntos, también conocido como Día
de las Ánimas. Su objetivo es orar por los fieles que ya no están con
nosotros. Durante este día se celebran las llamadas misas de réquiem en las que
se hace un ruego por el alma de los muertos.
En Montehermoso se celebraban varias
misas, siendo la primera la Misa del Alba
y cuyo comienzo era de madrugada.
Día 3 de noviembre
El
día 3 de noviembre había una novena en la iglesia por las Ánimas del Purgatorio, celebrando a la vez una misa por todos los
difuntos que quieran encomendar.