Folklore cacereño
Montehermoso
es quizá el pueblecito de más recia personalidad en la Extremadura alta. Sus
trajes son inconfundibles y sus costumbres y aislamiento le hacen un ejemplo
notable de tipismo. Pues bien, como no podía menos, cuenta asimismo con un
caudal no explorado de canciones populares. Tengo a mano la prueba y de ella
destaco esta nota que será ampliada a su debido tiempo.
En uno
de los pasados años vinieron a Montehermoso los alumnos de la Escuela Municipal
de Cerámica, que dirige el gran artista don Jacinto Alcántara. Muy pronto se
hicieron simpáticos al vecindario que les otorgó, sin regateos, su hospitalidad
y les facilitó todos los medios para el mejor logro de sus tareas artísticas.
Modelos, ambientes, escenas de todo género fueron utilizados por los ceramistas
madrileños. Pero éstos, además, son aficionados a la canción popular y tienen
un coro que las canta armonizadas. Buscaron en Montehermoso y, naturalmente,
encontraron. Dejo la palabra al señor Alcántara:
«El día
de la fiesta las mozas y mozos se engalanan con sus más vistosas ropas y acuden
todos a la Iglesia en cuyo atrio se juega la bandera, es decir, que el mozo más
forzudo la hace flamear haciendo un alarde de fuerza, pues el astil de la
bandera es pesadísimo y es verdaderamente difícil este juego. Hay fuegos de
artificio y una gran cantidad de petardos y cohetes que impregnan de un pesado
olor a pólvora todo el ambiente. Las mozas entonan sus canciones
incansablemente, destacándose entre todas por el gusto con que las repiten la
siguiente:
Ya no baila la Carmiña.
Ya no baila la Carmiña.
La de los zapatos bajos.
La de las ligas de seda,
a bailar, Carmiña,
Carmiña, Carmela.
Los zapatos bajos,
las ligas de seda,
la media calada,
a bailar, Carmiña,
niña enamorada.
¿No es
verdad, lectores, que esta letra es preciosa? Y además netamente popular. ¿Cómo
será su música? Si ella ha de tener el empaque y la prestancia del traje
montehermoseño, como es de suponer, puede afirmarse de su valía La Coral
Cacereña espera que esta canción más todas aquellas que se cantan en la
provincia irán a parar a su archivo. Archivo que, poco a poco, se va
enriqueciendo. Prometemos ocuparnos detenidamente de algunas cosas ya
recogidas.
Boletín de la Masa Coral de Cáceres: Año I Número 2 - 1936 mayo 1