sábado, 8 de noviembre de 2025

El rumor del amor en Montehermoso en los albores del siglo XX

 

En los albores del siglo XX, cuando en el mes de noviembre las calles de Montehermoso olían a tierra húmeda por las lluvias del otoño y las hogueras iluminaban las casas en el frío atardecer, era costumbre que los domingos gordos y los días festivos se llenaran de murmullos y miradas furtivas. En aquel tiempo, cuando la vida seguía el ritmo del campo y de las estaciones, el amor tenía su propio lenguaje: el de los gestos tímidos, los pañuelos bordados y las promesas que se insinuaban más que decirse.

Él, con su chaleco bordado y el sombrero ladeado, llevaba días reuniendo el valor para acercarse a ella. Sabía que no bastaba con cruzarse en el camino hacia la fuente ni con saludarla desde lejos cuando acompañaba a su madre al mercado de Plasencia montada en su yegua roja. El cortejo tenía su ritual, y cada paso debía darse con respeto y paciencia. Aquel mediodía decidió vestir su mejor atuendo; quizá, pensó, las flores de su sombrero y su porte elegante hablarían por él donde sus palabras no alcanzaban.

Ella, por su parte, había advertido desde hacía tiempo la intención en sus ojos. Al verla pasar con su andar saleroso y el pañuelo cuidadosamente anudado, sus amigas sonreían a escondidas: sabían que la muchacha esperaba algo más que un simple saludo. No lo decía en voz alta, pero en el fondo deseaba que aquel joven, siempre tan correcto, encontrara por fin el momento de acercarse.

Ese día, el destino los reunió frente a la era, cuando el sol comenzaba ya a suavizar su luz. Él se detuvo ante ella, sin saber muy bien si ofrecer la mano o guardar silencio. Ella, con la calma que solo da la certeza de un presentimiento cumplido, extendió la suya primero. Y así, en un gesto tan sencillo como profundo, se selló el inicio de su historia.

No hablaron mucho; el silencio también podía ser una forma de decirlo todo. Él acomodó una mano en la faja, intentando parecer más firme de lo que se sentía. Ella lo miraba con una mezcla de ternura y diversión, como si ya imaginara el futuro que podría nacer de aquel instante.

Con el paso del tiempo, dirían que aquel fue el primer día en que se vieron de verdad. Que en esa fotografía —que un fotógrafo inmortalizó para el recuerdo— quedó atrapado no solo un instante, sino el rumor de un amor que crecería entre danzas de fiesta, cartas escondidas y largos paseos por los senderos de encinas.

Y aunque nadie lo dijo entonces, ambos lo supieron desde que entrelazaron sus manos: que el amor, cuando llega sin prisa y con verdad, deja una huella tan nítida como la que resguardó para siempre aquella imagen en blanco y negro. 

miércoles, 6 de agosto de 2025

Los secretos de la gorra de Montehermoso detrás del mito


"Campesina de Montehermoso" de Santiago Martínez Martin

La gorra de Montehermoso, un elemento tan distintivo de nuestra indumentaria tradicional, ha sido el foco de varios trabajos de investigación que he llevado a cabo. Este esfuerzo se ha nutrido de cientos de entrevistas y conversaciones con nuestros mayores, quienes han sido los guardianes de nuestro folclore y nuestra cultura popular. Su valiosa transmisión de conocimientos de generación en generación es la base sobre la que se asienta este trabajo.

Mi labor, como montehermoseño, se ha centrado en honrar este legado. Con respeto y sentimiento, busco reivindicar la importancia de nuestra gorra y de toda nuestra indumentaria tradicional. A través de este trabajo, quiero acercar la verdad sobre este tocado femenino y desmitificar las historias y bulos que a menudo circulan en internet y en redes sociales. Se trata de un esfuerzo por preservar la autenticidad de nuestras tradiciones y reconocer a quienes nos las han transmitido.

Un ícono de Extremadura

La gorra de Montehermoso, un ícono de la tradición extremeña, esconde una historia mucho más fascinante que los cuentos populares que la rodean. Durante años, se ha creído que su diseño y sus detalles, como el espejo o su color revelaban información sobre el estado civil de una mujer. Sin embargo, la investigación y los testimonios de las personas mayores de nuestro pueblo demuestran que gran parte de estas creencias son, en realidad, mitos modernos que carecen de fundamento.


Los colores de la gorra no identificaban el estado civil de las montehermoseñas

Una de las leyendas más arraigadas es la supuesta clasificación de las gorras por estado civil: soltera, casada o viuda. Aunque es cierto que existían diferentes tipos, la realidad era mucho más sencilla. Las únicas denominaciones auténticas eran la gorra de espejo, que era de gala, y la gorra de clavelera. Más tarde, se añadió la gorra de luto, de color negro, que usaban las mujeres de cualquier edad tras la muerte de un familiar. El negro también era el color habitual para las viudas y las mujeres mayores, pero no había una distinción tan marcada como se ha llegado a creer.

La idea de que existían gorras con nombres tan específicos como "casada alegre" o "viuda alegre" es completamente falsa. Estas y otras conjeturas, como la que insinuaba que la borla de la cobija revelaba la virginidad de una mujer o su disposición a encontrar pareja, no solo carecen de base histórica, sino que son una visión distorsionada y ofensiva de la mujer.


La gorra de espejo, un tocado de fiesta que utilizaban todas las mujeres

Otro mito popular y especialmente ofensivo es el que afirma que el hombre rompía el espejo de la gorra de su esposa el día de la boda para simbolizar la pérdida de la virginidad. Esta historia es totalmente infundada. El espejo era, en realidad, un elemento decorativo. La gorra de espejo era una pieza de gala que usaban en celebraciones y fiestas importantes todas las mujeres ya fueran jóvenes, solteras, mayores o casadas, y era un regalo común que las suegras hacían a sus nueras en las fiestas grandes cuando se casaban.


El verdadero origen de la gorra, un ingenio de arte y destreza

La verdadera historia de la gorra de Montehermoso es un homenaje a la creatividad y al talento artesanal. Su creación se debe a Ana García Ruano a mediados del siglo XIX. Con un ingenio innato, Ana, siendo muy joven, adaptó una gorra deshaciendo por completo un sencillo sombrero de paja, y elevó su copa para que se ajustara al peinado tradicional de las mujeres de Montehermoso. Esta pieza, elaborada con meticulosidad, se convirtió en un símbolo de identidad y orgullo.

El legado de Ana García Ruano perduró a través de la transmisión de este arte de generación en generación. Cada gorrera aportaba su toque personal, pero siempre respetando el diseño original. La gorra de Montehermoso, junto a otras creaciones como los sombreros de "cama de liebre" y otras gorras de copa más baja que ya desaparecieron, son un testimonio vivo del ingenio de las mujeres rurales y de la rica tradición artesanal de Extremadura.


Mitos sobre su procedencia. Sobre el origen celta

La teoría que asocia la gorra de Montehermoso con un origen celta se basa en la presencia de un espejo en la gorra galana. A lo largo del tiempo, se ha llegado a argumentar en varias ocasiones que el espejo pudo haber tenido una función mágica o de protección. Esta creencia se fundamenta en la idea de que en algunas culturas antiguas, como la celta, los espejos se consideraban objetos con poderes especiales capaces de proteger a quien los portaba. Se sugiere que esta tradición ancestral podría haber perdurado hasta nuestros días en la indumentaria tradicional de Montehermoso.

Sin embargo, a pesar de estas hipótesis, la gorra es una prenda relativamente moderna en el contexto de nuestra indumentaria tradicional. Por esta razón, el uso del espejo parece ser más bien ornamental, una forma de adorno que resalta el carácter festivo de la gorra galana y la belleza de la mujer que la lleva. Por lo tanto, su función como amuleto o protector es una interpretación que no se corresponde con el contexto histórico real de la prenda.


Introducida por los pueblos del norte de África

Cuando se habla de que la gorra de Montehermoso tiene su origen en los gorros traídos de África, generalmente podría referirse a los pueblos del norte de África, como los de Marruecos, Argelia o Túnez. La vestimenta tradicional de esta región ha influido en la cultura y la historia, especialmente en España durante la época de al-Ándalus. El gorro más conocido y asociado a esta cultura es el fez o tarbush y es un elemento clave que forma parte de la identidad cultural de estos pueblos. Pero a día de hoy no existen datos ni evidencias históricas que respalden esta hipótesis. Además, cabe recordar que la gorra es una prenda exclusivamente femenina, mientras que los gorros a los que se hace referencia eran predominantemente masculinos.


Origen de América

La creencia de que la gorra de Montehermoso proviene de América se basaba en la idea de que los extremeños que regresaron de las colonias la trajeron consigo. En una ocasión, se llegó a escuchar la teoría de que la gorra fue traída de América, concretamente de México o Perú, por la esposa de Pizarro. El argumento detrás de esta idea era que se habían visto gorras similares en una película, cuando en realidad esas prendas habían sido compradas en Montehermoso.

No obstante, aunque la indumentaria de algunos pueblos americanos se puede relacionar con la vestimenta colonial española, la gorra de Montehermoso no tiene un paralelismo directo con ninguna de ellas. Su diseño se relaciona más con la artesanía de paja de centeno en Montehermoso y con la necesidad de una prenda adaptada al moño alto que lucían las mujeres de Montehermoso, lo que refuerza su origen netamente local.

En relación con la gorra y los trajes tradicionales de Montehermoso, es importante destacar que la elaboración y los detalles de estas prendas dependían en gran medida de la situación económica de cada familia. Una familia de recursos limitados no podía permitirse una gorra o un traje tan elaborado y con tanta ornamentación como una familia más pudiente. Esta diferencia se reflejaba en los materiales, la cantidad de adornos y la calidad de la confección, marcando una distinción social visible en la indumentaria.


Desmitificando falsas afirmaciones sobre la gorra

A continuación, una serie de aclaraciones para desmentir las creencias erróneas más comunes sobre la gorra de Montehermoso y aclarar su procedencia:

La función principal de la gorra no era para las labores del campo, como se pensaba, ni se creó para eso. Aunque las mujeres las usaban en su día a día, muchas preferían para trabajar los sombreros de paja más amplios, conocidos como "sombreros de cama de liebre" o de ala redonda, que ofrecían una mejor protección. De hecho, las gorras de espejo más viejas y gastadas eran las que se usaban para trabajar, reservando las nuevas para las festividades.

El hombre, al casarse, nunca rompía el espejo de la gorra de su mujer para que ningún otro hombre pudiera reflejarse en él. Esta teoría completamente ficticia, era una forma simbólica de asegurar que la atención de su esposa se mantuviera exclusivamente en él. En realidad, no hay evidencia histórica de esta práctica.

Un espejo roto en la gorra de una mujer no significaba que hubiera perdido su virginidad, ya que vivían en una sociedad y en un entorno rural donde la castidad y la prudencia eran valores muy arraigados. La rotura del espejo no tenía esa connotación negativa, y su simbolismo no estaba ligado a la moralidad sexual de la mujer. Esta creencia es un mito que no se corresponde con las costumbres de la época.

Las gorras que lucían las mujeres de Montehermoso no tenían ningún vínculo con su estado civil, a pesar de la extendida creencia popular. Aunque se ha conjeturado que los diferentes diseños de estas gorras revelaban si una mujer era soltera, casada o viuda, esta idea carece por completo de fundamento histórico. La realidad es que estas prendas eran un elemento más del tocado femenino, sin que su estilo o forma simbolizara la situación personal de quien la portaba.

En las gorras tradicionales de Montehermoso, nunca existieron diseños específicos para diferenciar a una mujer soltera, casada o viuda. Esta categorización es una invención moderna, ya que no hay evidencia histórica que respalde la existencia de estos modelos y menos los de "casada alegre" o "viuda alegre" que alguna vez me mencionaron. Mantener esa teoría es faltar a la verdad y distorsionar nuestra historia y cultura tradicional.

La suegra, con la intención de que su nuera la luciera en las festividades importantes, solía obsequiarle una gorra galana, adornada con un espejo. Por esta razón, las mujeres casadas no la reemplazaban, ya que era un regalo significativo y valorado que las distinguía en las celebraciones. Esta tradición era una muestra de aprecio y un gesto de bienvenida a la familia.

La gorra de espejo o gorra galana no era exclusiva de ninguna etapa de la vida de la mujer, sino que la lucían mujeres de todas las edades. Jóvenes, solteras, casadas y mayores la portaban con gran orgullo en días festivos, mostrando su belleza y colorido. Se convertía así en un símbolo muy importante de identidad cultural en los eventos sociales, celebraciones y en las fiestas tradicionales de Montehermoso.

La gorra de clavelera, con su distintivo diseño floral, era una prenda versátil que adornaba la cabeza de mujeres tanto solteras como casadas. A diferencia de la gorra de espejo, que se reservaba para las fiestas grandes, esta gorra era una opción más de diario. Su uso no estaba restringido por el estado civil, sino que era una elección funcional y estética para el día a día.

La gorra de luto, de color negro, era usada por mujeres de cualquier edad que estuvieran guardando duelo por la pérdida de un familiar, no solo por las viudas. Su uso estaba vinculado directamente al luto, independientemente del estado civil, y se utilizaba para mostrar públicamente el respeto por la persona fallecida y su memoria.

Las imágenes de mujeres con el traje de Montehermoso a menudo presentan estereotipos creados por los autores. En muchas fotografías o cuadros, se muestra a las mujeres con el traje de ruea (de boda) o el traje de gala usando la gorra, a pesar de que tradicionalmente no se ponían este accesorio para tales ocasiones. En lugar de la gorra, solo usaban un pañuelo; la gorra fue un añadido posterior al traje de gala.

Las imágenes que muestran a mujeres con el traje de gala y la gorra de espejo, con el rostro tapado por un pañuelo, no eran las más habituales. Las mujeres de Montehermoso solo se cubrían así el rostro con la vestimenta de diario y durante las faenas cotidianas. El propósito de esta práctica era protegerse del sol para mantener la piel más blanca y reluciente.

Y por último, volver a recordar la contribución de Ana García Ruano, quien creó la icónica gorra de Montehermoso con su característica copa alta. Este diseño, pensado para encajar el tradicional moño de las mujeres de Montehermoso, es una pieza única que ha trascendido fronteras. Su creatividad y respeto por la tradición nos han legado un símbolo cultural reconocido a nivel mundial.

 

La protección del patrimonio cultural

Desde noviembre de 2001, he defendido la iniciativa de que la gorra y el traje tradicional de Montehermoso deberían ser declarados Bien de Interés Cultural. Esta propuesta, que he manifestado en numerosas charlas, publicaciones y artículos, busca proteger y preservar este valioso patrimonio cultural para las futuras generaciones.

Este artículo, como todos los que publico sobre la gorra de Montehermoso, está hecho desde el respeto a nuestros antepasados, quienes han sido los garantes de conservar nuestra historia y nuestra cultura tradicional.

Detrás de este trabajo hay cientos de entrevistas y charlas con nuestros mayores, a quienes quiero agradecer públicamente que hayan sabido transmitirnos este gran legado cultural. A ellos va siempre dedicado mi labor, que trata de acercar la verdad sobre nuestra gorra y de desmitificar los muchos bulos e historias que circulan por internet y redes sociales. Estas narrativas deforman el auténtico significado de este tocado femenino, tan esencial para preservar nuestras tradiciones populares.

Para seguir profundizando en el tema, ya estoy preparando un nuevo trabajo sobre el contexto histórico que rodea al traje tradicional y la gorra de Montehermoso. Mi objetivo es que sirva de apoyo en nuevos artículos, publicaciones e investigaciones, y en la tramitación para la declaración como Bien de Interés Cultural y otros reconocimientos futuros, rescatando la verdadera historia de estas prendas que forman parte de nuestras señas de identidad.


Juan Jesús Sánchez Alcón


ENLACES RELACIONADOS:

La Gorra y el traje de Montehermoso. Bien de Interés Cultural

La gorra de Montehermoso: mitos, orígenes y realidades

Aportación a la memoria histórica de la indumentaria tradicional de Montehermoso

Desvelando mitos y leyendas sobre la gorra de Montehermoso

La gorra y el traje tradicional, patrimonio cultural de Montehermoso

Conferencia: Indumentaria y cultura tradicional de Montehermoso

Mitos inventados en torno a la gorra de Montehermoso

Sobre la gorra y el traje típico de Montehermoso

Sobre los mitos y leyendas en torno a los negritos de san blas y la gorra de montehermoso

Tipos de gorra de Montehermoso

La indumentaria como símbolo regional. La tradición inventada en el caso del traje femenino de Montehermoso.

La indumentaria tradicional en la construcción de la identidad extremeña

Montehermoso y Montserrat

Vídeo sobre el origen de la Gorra de Montehermoso, sus mitos y tradiciones inventadas.

lunes, 6 de enero de 2025

Desvelando mitos y leyendas sobre la gorra de Montehermoso

Máxima Hernández García (hija de Ana García Ruano)
Fotografía: Ruth Matilda Anderson. Montehermoso, año 1928

A lo largo de los siglos, la indumentaria tradicional ha sido un fiel reflejo de las sociedades que la han creado. La gorra de Montehermoso, un emblema de la identidad cultural extremeña, no es una excepción. Sin embargo, a lo largo del tiempo, una serie de mitos y leyendas se han tejido en torno a este singular tocado femenino, ocultando su verdadera historia y significado.

En varios artículos publicados he intentado desentrañar los falsos mitos que han rodeado a la gorra de Montehermoso, con el objetivo de rescatar su autenticidad y reivindicar su valor como parte del patrimonio cultural extremeño.

Uno de los mitos más persistentes es el que relaciona la gorra con el estado civil de la mujer. Se ha hablado de gorras de soltera, casada y viuda, cada una con su propia simbología. Sin embargo, esta clasificación resulta ser una construcción artificial, carente de fundamento histórico. Las únicas denominaciones auténticas son las de gorra de espejo y gorra de clavelera, a las que se sumó posteriormente la gorra de luto que utilizaban las mujeres cuando algún familiar moría, ya fueran jóvenes o casadas, ya que era una manera de guardar el luto. Por otra parte, era el color negro el que habitualmente lucían las viudas y las mujeres mayores en las gorras.

Y por supuesto indicar que es cuanto menos absurdo afirmar la existencia de gorras de casada alegre y viuda alegre como vimos en alguna ocasión. Tales denominaciones carecen por completo de base histórica y son un claro ejemplo de cómo la imaginación puede tergiversar la realidad. Atribuir a un simple tocado femenino connotaciones tan específicas y chabacanas es, sencillamente, ridículo.

Resultan especialmente ofensivas las afirmaciones que relacionan el tipo de gorra con la supuesta disposición de una mujer a buscar pareja. También el insinuar que la borla de la cobija indicaba que la mujer era virgen o que en el caso de las viudas significaba que ya tenía ganas de juntarse con un hombre. Estas conjeturas no solo son falsas, sino que además revelan una visión equivocada de la mujer, reduciéndola a un mero objeto de deseo.

La idea de que existían gorras con nombres tan específicos y con connotaciones tan claras sobre el estado emocional o las intenciones de una mujer es, sencillamente, inverosímil. La sociedad rural de la época, con sus códigos morales y su conservadurismo, no habría permitido semejante manera de comunicar estados emocionales tan íntimos y personales a través de un tocado.

La invención de categorías como gorra de soltera, gorra de casada, gorra de viuda, gorra de casada alegre y gorra de viuda alegre es un claro ejemplo de cómo los mitos y las leyendas pueden distorsionar la realidad.

Otro mito muy extendido es el que afirma que el hombre rompía el espejo de la gorra de su esposa el día de la boda como símbolo de la pérdida de su virginidad. Esta creencia, además de ser ofensiva para la mujer, carece de cualquier base histórica o cultural. La sociedad rural de la época, marcada por la prudencia y la castidad, no habría tolerado una práctica tan explícita y degradante.

La realidad es mucho más sencilla y cercana. La gorra de espejo era un tocado de gala, utilizado tanto por mujeres solteras como casadas en ocasiones especiales. El espejo, lejos de ser un símbolo de estado civil, era un elemento decorativo que añadía un toque de coquetería y elegancia al atuendo. De hecho, era común que las suegras regalaran una gorra de espejo a sus nueras cuando se casaban para lucirla en las grandes fiestas, como la romería, las ferias o las fiestas del patrón San Bartolomé.

Es importante destacar que la idea de que la gorra de Montehermoso evolucionó a lo largo del tiempo, adaptándose a los diferentes estados civiles de la mujer, es una construcción posterior. Esta visión romántica y muy extendida, no se sostiene ante las investigaciones realizadas entre las personas mayores de Montehermoso.

A principios del siglo XX, la gorra era una pieza fundamental en la vestimenta diaria de la mujer montehermoseña. Su diseño sencillo y funcional contrastaba con las gorras más elaboradas que se lucían en fiestas y celebraciones. Con el tiempo, la moda influyó en el diseño de las gorras, añadiendo nuevos elementos decorativos y colores. El uso del espejo no tenía esas referencias o valores simbólicos que se le atribuían. Aunque siempre se nos dijo que su función principal era proteger del sol y el calor, muchas mujeres mayores comentaban que para las labores del campo en verano preferían sombreros de paja más amplios que les protegían mejor del calor y el viento (sombreros de cama de liebre). Que en otoño-invierno la gorra era más llevadera en el campo.

La idea de que el espejo de la gorra servía para que las mujeres se acicalaran después de trabajar en el campo choca con las costumbres de la época. Las mujeres que se dedicaban a labores agrícolas solían cubrirse el rostro con un pañuelo para protegerse del sol y por normas sociales y culturales, ya que tenían la creencia de que estar morena, era un signo de clase baja, ya que se asociaba a los trabajos agrícolas y la pobreza. Una mujer mayor me comentaba en una ocasión "El sol y el aire frio del invierno curtían nuestra cara, y por eso nosotras no queríamos que nos vieran estropeadinas, para eso nos tapábamos bien con el pañuelo y el sombrero, para que nuestro cutis luciera resplandeciente cuando fuéramos al baile en las fiestas gordas. Solo las señoritas del pueblo lucían la cara blanca. Luego ya vinieron las modas de tomar el sol, pero eso a nosotras ya no nos tocó".

Por otra parte, indicar que las gorras más galanas, con sus espejos, se reservaban para ocasiones especiales. De hecho, muchas mujeres mayores recordaban que solo cuando las gorras de espejo ya estaban muy viejinas y usadas se dejaban para el campo, ya que mayoritariamente preferían los sombreros de paja más amplios y protectores de los rigores del estío.

"Que en alguna ocasión utilizarán el espejo para mirarse, al terminar el trabajo en las huertas y se colocarán la gorra antes de subir al pueblo, no quiere decir que esa fuera su función, ya que veníamos tapadas hasta los ojos y poco teníamos para acicalarnos. Las gorras galanas que estaban viejinas las aprovechábamos para el campo, pero las nuevas, esas eran solo para las fiestas."

Esto me comentaba Silvestra Mahíllo Garrido (Q.E.P.D.), una increíble y centenaria montehermoseña en una de las entrevistas que le realicé sentada al calor del sol de primavera con las vecinas.

La gorra de Montehermoso, un ícono de la indumentaria extremeña, es el resultado de la creatividad y habilidad de una artesana local. A mediados del siglo XIX, Ana García Ruano transformó un sencillo sombrero de paja de centeno en una pieza única y elegante. Con un ingenio innato, deshizo un sombrero por completo y lo adaptó, elevando la copa y las alas para poder encajar el moño tradicional. Por lo tanto, se hizo pensando principalmente en adaptarla al peinado de la mujer montehermoseña. Esta creación original se convirtió en un símbolo de identidad para las mujeres de Montehermoso, quienes la lucían con orgullo en fiestas y celebraciones.

La calidad de la paja de centeno y la meticulosidad en su elaboración garantizaban la durabilidad y belleza de cada gorra. Incluso tras perder la vista debido a su enfermedad, en los últimos años de su vida, Ana García Ruano continuó trabajando y elaborando gorras, para ello le clasificaban las pajas de centeno y ella se encargaba de hacer la trenza y el cordón, y luego al final, dar el visto bueno con sus expertas manos, demostrando una pasión y perseverancia excepcionales. Su legado perdura en cada pieza, un homenaje a su talento y a la rica tradición artesanal de Montehermoso.

En Montehermoso, la elaboración de gorras ha sido un arte transmitido de generación en generación. Cada gorrera aportaba un toque personal a sus creaciones, respetando siempre el modelo original. Además de las famosas gorras se confeccionaban sombreros de "cama de liebre", de ala plana y redonda, y otras gorras de capotas más bajas y sencillas, con visera delantera y escotadura trasera. Estos últimos modelos, incluso anteriores a la gorra que conocemos actualmente, solían llevar decoraciones frontales. Es fundamental destacar que la diferencia entre gorra y sombrero radica en el ala. Si esta no rodea completamente la cabeza, se considera una gorra.

La gorra de Montehermoso es mucho más que un simple tocado. Es un símbolo de la identidad cultural de Montehermoso y de toda Extremadura. Representa el ingenio y la creatividad de las mujeres artesanas, así como la importancia de las tradiciones y las costumbres en la vida de las mujeres rurales.

 

En memoria de Ana García Ruano


Máxima Hernández García (hija de Ana García Ruano)
Fotografía: Ruth Matilda Anderson. Montehermoso, año 1928


Bibliografía:

Sánchez Alcón, Juan Jesús “Joaquín Sorolla. El cuadro dedicado a Extremadura El Mercado”y los tipos de Montehermoso” en Montehermoso Cultural. Patrimonio, Historia, folklore y cultura tradicional.

Sánchez Alcón, Juan Jesús “La gorra de Montehermoso: mitos, orígenes y realidades”, en Montehermoso Cultural. Patrimonio, Historia, folklore y cultura tradicional.

Sánchez Alcón, Juan Jesús “Las visitas de Ruth Matilda Anderson a Montehermoso en 1928 y 1949”, en Montehermoso Cultural. Patrimonio, Historia, folklore y cultura tradicional.

Sánchez Alcón, Juan Jesús “Los montehermoseños en el cuadro “Extremadura. El Mercado” de Joaquín Sorolla”.

Sánchez Alcón, Juan Jesús “Los montehermoseños en el cuadro “Extremadura. El Mercado” de Joaquín Sorolla”. Extremadura en la mirada de Sorolla 1917- 2017. REGIONAL DE EXTREMADURA, EDITORA.

Sánchez Alcón, Juan Jesús “Lazos culturales y comerciales entre la ciudad de Plasencia y Montehermoso. Aportes históricos desde mediados del siglo XIX”. Memoria histórica de Plasencia y las Comarcas, 2018, pp. 121-146.

Sánchez Alcón, Juan Jesús “La historia a través de la indumentaria tradicional. Origen, mitos y leyendas en torno a la gorra de Montehermoso”. Conferencia en la I Jornada sobre Indumentaria Tradicional de Extremadura. Montehermoso, 2 de febrero de 2019. 

Valadés Sierra, Juan Manuel. “La indumentaria como símbolo regional. La tradición inventada en el caso del traje femenino de Montehermoso”, Revista de Dialectología y Tradiciones Populares. T. XLIX (I). 

Valadés Sierra, Juan Manuel. “La indumentaria tradicional en la construcción de la identidad extremeña”, Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, Tomo LVIII (2).

Valadés Sierra, Juan Manuel. “La aportación cacereña al Pabellón de Extremadura en la Exposición Ibero Americana de Sevilla (1929)”, Revista de Estudios Extremeños, T.  LXIX (3).

Valadés Sierra, Juan Manuel. “La indumentaria tradicional como símbolo regional. El traje regional extremeño”, en La palabra vestida. Indumentaria histórica y popular, Soria: Excma. Diputación Provincial.


Fotografías:

Anderson, R. M., Spanish Costume: Extremadura, New York, The Hispanic Society of America, 1951.

martes, 20 de agosto de 2024

La visita de la Escuela Oficial de Cerámica Artística de Madrid a Montehermoso en el año 1927

Felicia González Pulido fue una de las modelos pintadas en 1927 con motivo del curso realizado en Montehermoso por la Escuela Oficial de Cerámica Artística de Madrid cuyo director era Francisco Alcántara. Fotografo: Manuel Díez García. Fotografía cortesía de Félix Clemente González. Trabajo de investigación “Diálogos para la historia”.

En el verano de 1927, Montehermoso vivió un acontecimiento que marcaría un hito en su historia cultural, la visita de la Escuela Oficial de Cerámica Artística de Madrid. Fundada en 1911 bajo la dirección del reconocido ceramista Francisco Alcántara Jurado. Esta prestigiosa institución eligió nuestro pueblo como escenario para un curso de verano, con el objetivo de sumergir a sus alumnos en las raíces más profundas de la cerámica tradicional española. La elección de Montehermoso no fue casual; su rica tradición en la artesanía y su idiosincrasia única ofrecían el marco perfecto para el aprendizaje y la creación artística.

Acompañados por destacados profesores como Aniceto García, Manuel Gómez y Máximo Rodríguez, los estudiantes se adentraron en el estudio de las técnicas y motivos cerámicos propios de nuestro pueblo. Con el barro plasmaron la esencia de Montehermoso en sus obras, modelando, pintando y fotografiando las escenas más típicas del pueblo y sus habitantes. Durante la estancia de la Escuela Cerámica de Madrid en Montehermoso, recibieron la visita del historiador placentino Joaquín Rosado Munilla.

Francisco Alcántara Jurado

El resultado de este intenso periodo creativo fue una exposición de gran envergadura, inaugurada el 25 de noviembre de 1927 en el Salón de Exposiciones del prestigioso Círculo de Bellas Artes de Madrid. La muestra reunió más de 400 obras de pintura y escultura, realizadas no solo en Montehermoso, sino también en Paris y en otros rincones de España como La Alberca, Valle de Ansó y Ágreda. Estas obras ofrecían una visión de la riqueza y diversidad de la cerámica española, mostrando cómo cada región aportaba su estilo y técnicas únicas a este arte ancestral.

Entre las piezas más destacadas de la sección escultórica dedicada a Montehermoso, sobresalía un majestuoso bajorrelieve de Emeterio Valiente titulado "La vida agrícola de Montehermoso". Esta obra, junto con otras como "Los desposados" de Manuel Gómez, "El viejo murmurador" de Manuel Eguía y "La arriscada montehermoseña" de Julián Ortiz, completaban un conjunto que capturaba con maestría la esencia, idiosincrasia y el carácter de nuestros paisanos, y sus costumbres típicas.

La exposición que reunía los trabajos realizados por los alumnos de la Escuela Oficial de Cerámica Artística de Madrid, tras su estancia en diversos puntos de España, contó con una presencia de excepción. A tan importante exposición acudió la infanta doña Isabel, acompañada de la señorita Margot Bertrán de Lis. La relevancia del evento atrajo a la alta sociedad madrileña, convirtiendo la inauguración en un acontecimiento social y cultural de gran envergadura.

A su llegada, la recibieron el marqués de Argüeso, presidente del Círculo, y los miembros de la Directiva don Eduardo Chicharro, don Marceliano Santa María, don Juan Gómez Renovales, don Alberto F, Blanco, y, en representación de la Escuela de Cerámica, su director, don Francisco Alcántara; profesores y una representación de alumnos. El protocolo y la cortesía presidieron el recibimiento, dando la bienvenida a una figura de la realeza que se mostraba siempre interesada en las manifestaciones artísticas de su país.

La infanta contempló detenidamente las obras expuestas, interesándose vivamente por los trabajos realizados en Montehermoso, en Paris, en La Alberca, en Ansó y en Val de San lorenzo. Su mirada recorrió cada una de las piezas, deteniéndose en los detalles y en la técnica empleada por los jóvenes artistas. La Infanta Isabel, mostró un gran aprecio por el talento y la originalidad de las obras expuestas, especialmente aquellas que reflejaban la riqueza y diversidad de las tradiciones cerámicas españolas.

Los Modelos de la Escuela de Cerámica en Montehermoso

Felicia González Pulido, una joven montehermoseña, se convirtió en una de las musas de los artistas visitantes. Junto a otros vecinos de nuestro pueblo, posó para ser retratada y pintada. Quedando plasmada en pinturas y retratos que capturaban no solo su apariencia física, sino también el espíritu de Montehermoso y nuestra indumentaria tradicional. Más allá de las técnicas y los estilos artísticos, este curso fue un encuentro entre artistas y vecinos que se convirtieron en protagonistas de las obras, poniendo rostro a la vida cotidiana del pueblo.

Desde la Escuela de Cerámica de Madrid se llevó a cabo una gran labor en el estudio de las artes populares y de lo auténtico que aún quedaba en los pueblos españoles. Para ello, se seleccionaban aquellos lugares que habían conservado de manera más fiel sus costumbres ancestrales. Pueblos donde el tiempo parecía haberse detenido y donde las tradiciones se transmitían de generación en generación.

Con el objetivo de que los alumnos tuvieran un contacto directo con estas tradiciones, la Escuela organizaba residencias de estudiantes en distintos lugares de España durante los veranos. Estas estancias eran auténticas inmersiones culturales en las que los jóvenes artistas convivían con los lugareños, aprendiendo de sus saberes y técnicas. Equipados con cámaras fotográficas, pinceles y barro, los estudiantes capturaban la esencia de cada lugar, desde los trajes regionales hasta los objetos cotidianos, pasando por los paisajes y la arquitectura tradicional.

En muchas de las cientos de charlas con nuestro mayores y en diversas jornadas de investigación, anotaba con inusitada sorpresa los datos que me aportaban algunas personas que me hablaban de unos pintores que vinieron a Montehermoso con muchas señoritas que causaron sensación en el pueblo. Anoté de un señor importante que se quedó en casa de don Tiburcio el médico. De los retratos y pinturas que hacían a la gente. De cómo les hacían posar horas y horas, y la fatiga que pasaban al permanecer quietos. Y me hablaban de aquellos calores sofocantes que los montehermoseños a duras penas soportaban. Y todo ello lo situaban a finales de los años 20.

Por estas fechas, en el verano del año 2019 estaba investigando datos sobre la tradición de Las ánimas Benditas en nuestro pueblo, me entrevistaba con algunos de los que siendo niños participaron en esta singular celebración. Uno de ellos era Félix Clemente González, con el que tuve tres días varias entrevistas relacionadas con este hecho. En una ocasión mientras teníamos una de nuestras conversaciones, su esposa, Angustias Mesa Gil, sacó del baúl de los recuerdos un conjunto de fotografías familiares. Entre ellas, se encontraba una imagen que me llamó poderosamente la atención, una joven mujer, con la mirada llena de vida y ataviada con el traje tradicional de Montehermoso.

Fue Lili Clemente Mesa, hija de Félix y Angustias, quien me reveló la identidad de la joven de la fotografía, su abuela, Felicia González Pulido. Según Lili, su abuela solía contar que, siendo joven, unos señores habían llegado al pueblo para hacer fotos y pintar, y que a ella le hicieron una fotografía mientras un señor la pintaba. En ese momento, una chispa de curiosidad se encendió en mi interior.

Mi investigación dio un giro inesperado al toparme con un tesoro oculto, una fotografía antigua que conectaba a Montehermoso con un importante acontecimiento artístico del pasado. Aquello supuso una emoción desbordada para mí. Intrigado por esta revelación, comencé a cotejar fechas y datos. Pronto descubrí que este hecho había tenido lugar en el año 1927, con motivo de un curso organizado por la Escuela Oficial de Cerámica Artística de Madrid.

La fotografía de Felicia González Pulido es, sin duda, un fruto de aquellas jornadas de investigación artística. Su imagen, fijada en el tiempo, nos conecta de manera íntima con un pasado que, hasta hace poco, parecía perdido en la memoria colectiva. Este hallazgo ha reavivado mi interés por aquella época y me ha impulsado a profundizar en la investigación sobre el impacto que tuvo la visita de la Escuela de Cerámica de Madrid en nuestro pueblo, un acontecimiento que con el tiempo se había olvidado por completo y que mi empeño y perseverancia ha rescatado del olvido.

Durante mucho tiempo fui indagando hasta encontrar el rastro de tan sublime evento histórico en varias publicaciones, que no sin gran esfuerzo, y en una ardua tarea de horas, días y años logré por fin constatar.


Adjunto artículo publicado en el diario Nuevo Día del 27 de julio de 1927 en el que habla de la visita de la Escuela Oficial de Cerámica Artística de Madrid a Montehermoso.

Procedentes de Madrid, llegaron días pasados a esta villa, el director de la Escuela Oficial de Cerámica Artística, don Francisco Alcántara, con los profesores de dicha escuela, don Aniceto García, don Manuel Gómez y don Máximo Rodríguez y un grupo de gentiles señoritas alumnas de la Escuela. El objeto de esta excursión es la de estudiar la cerámica regional y las notas típicas de Montehermoso, que encierra numerosas bellezas, todas ellas interesantísimas bajo el aspecto artístico.

La personalidad del señor Alcántara es sobradamente conocida, no solo como director de esta escuela, sino como cronista de “El Sol”, donde ha hecho interesantes campañas de crítica artística.

El pueblo de Montehermoso ha tributado un cariñoso recibimiento, lleno de simpatía, a los profesores y alumnos, multiplicándose todos los vecinos para proporcionales cuantas facilidades son factibles para la misión que les ha traído. Especialmente el presidente del Comité de Unión Patriótica y reputado médico don Tiburcio Garrido, se desvive y multiplica para hacer grata la estancia en Montehermoso a los ilustres visitantes.

Los excursionistas se muestran encantados de su estancia, especialmente el señor Alcántara quien está dispuesto a que durante el cursillo veraniego que efectúan, los alumnos trasladen al lienzo, a la modelación y a la fotografía las innumerables belle- zas de la población y de sus alrededores, así como la típica nota de los trajes locales llenos de color y originalidad.

El director de la escuela, señor Alcántara, se aloja en la casa solariega de los señores Garrido y los profesores y alumnas en los domicilios de las personas más significadas de la localidad, rivalizando unos y otros en agasajar a sus huéspedes y hacerles más grata la estancia en este pueblo.

Reciban todos los huéspedes de Montehermoso, el más cordial saludo del Ayuntamiento y del pueblo, deseándoles éxitos en sus trabajos artísticos, que servirán para engrandecer a España en el extranjero, por donde se difundirá principalmente.

 

A.    BLASCO ÁLVAREZ

Julio de 1927

 

Nuevo día: Diario de la Provincia de Cáceres: Año II Número 280 - 1927 Julio 27





domingo, 11 de agosto de 2024

La importancia de preservar nuestras raíces. El caso del folclore y la indumentaria tradicional de Montehermoso

La pureza del folclore de Montehermoso, con su rica historia y sus bailes, es un legado cultural que debemos proteger. Nuestras danzas y nuestra indumentaria tradicional representan la identidad de nuestro pueblo. Es por ello que cualquier interpretación o modificación arbitraria de estas expresiones artísticas constituye una afrenta a la herencia de nuestros antepasados.

Tenemos el compromiso ineludible de preservar nuestra cultura tradicional, transmitiéndola de generación en generación de manera rigurosa y respetuosa. Esto implica divulgar los conocimientos sobre nuestros bailes y nuestra indumentaria de forma clara y accesible, enseñando a las nuevas generaciones y al resto de ciudadanos la importancia de mantener viva nuestra identidad.

La alteración de las danzas y ritmos folclóricos de Montehermoso es algo que preocupa y mucho entre todas las personas de nuestro pueblo, más cuando esa modificación de nuestras danzas populares la vemos a menudo, y es interpretada como si fueran los bailes originales, algo que principalmente las personas mayores lo ven como un agravio a nuestra historia, nuestro folclore y nuestra cultura tradicional.

Esta alteración o modificación de nuestro folclore puede provocar la pérdida de nuestra identidad cultural, y dar pie a la confusión por la apropiación y uso incorrecto de nuestras manifestaciones populares. No olvidemos que nuestras danzas y nuestra indumentaria son expresiones auténticas de nuestro pueblo, y al intentar modificar nuestro folclore desvirtúan su esencia, perdiendo así su carácter auténtico e identitario.

Un caso muy destacado es la danza de “El Pollo” que en muchos casos es interpretada de una manera totalmente distinta a como se hace en Montehermoso, y que nuestros antepasados se han encargado de transmitir de generación en generación para que no se perdiera la auténtica esencia de este baile.

Es fundamental comprender que muchas personas que hoy en día bailan nuestras danzas, lo hacen con la mejor intención, pero fueron enseñadas de manera diferente al interpretar nuestros bailes. Es posible que hayan aprendido pasos o movimientos impuestos o inventados que, aunque rítmicos, no pertenecen a nuestra tradición y que, por tanto, están adulterando o modificando nuestro autentico folclore.

Es común ver cómo se altera la vestimenta, se simplifican los pasos de nuestros bailes o se les añade elementos ajenos a nuestra cultura. Esta apropiación cultural no solo desvirtúa la esencia de nuestras tradiciones, sino que también genera una sensación de falta de reconocimiento a nuestras auténticas tradiciones.

Es fundamental comprender que el traje tradicional no es un simple disfraz. Es un símbolo de pertenencia, un reflejo de nuestras raíces y un homenaje a nuestros antepasados. Vestirlo implica un profundo respeto por la historia y la cultura de Montehermoso. Bailar nuestros bailes requiere un conocimiento exhaustivo de las coreografías y de la música que las acompaña, así como una sensibilidad especial para transmitir la emoción y el sentimiento que estas expresan.

Es hora de reivindicar la importancia de preservar nuestras raíces. Debemos promover el conocimiento y el respeto por nuestro folclore y nuestro traje tradicional, enseñando a las nuevas generaciones cómo vestirlo y cómo bailar nuestros bailes de manera correcta. Asimismo, es necesario establecer mecanismos que garanticen la protección de nuestro patrimonio cultural y eviten su apropiación indebida.

Solo a través de la educación, el respeto, la difusión y la defensa de nuestras tradiciones podremos asegurar que el folclore y el traje tradicional de Montehermoso siga siendo un símbolo de identidad y un legado para las futuras generaciones.

Nuestros antepasados son los guardianes de nuestra identidad cultural

Nuestros antepasados son los verdaderos depositarios de nuestra cultura y tradiciones. Han sido ellos quienes, a través de generaciones, han transmitido de forma oral y práctica los conocimientos sobre nuestros bailes, la forma correcta de vestir el traje tradicional y los secretos que encierra cada prenda.

Existen formas de interpretar nuestras danzas que nunca se han utilizado en nuestro pueblo. Nuestros mayores, quienes heredaron estos bailes directamente de sus antepasados, poseen el conocimiento más profundo y auténtico sobre nuestros ritmos y movimientos. Ellos son los mejores garantes de la conservación de nuestra tradición y de su autenticidad.

Por lo tanto, es fundamental escuchar y aprender de nuestros mayores, quienes son los depositarios de este valioso legado. Al hacerlo, no solo estaremos honrando su memoria, sino que también estaremos asegurando que las futuras generaciones puedan disfrutar de la riqueza y la belleza de nuestro folclore.

Agradecimiento a los grupos que preservan nuestro folclore y tradiciones

En la actualidad, Montehermoso sigue siendo un baluarte de la cultura y las tradiciones gracias al esfuerzo incansable de diversos grupos que se dedican a la preservación y promoción del folclore local. Estos colectivos, que incluyen a Sabor Añejo, Los Negritos de San Blas, Aires Montehermoseños y los grupos del Centro de Mayores, realizan una labor extraordinaria para mantener viva la herencia cultural de nuestro pueblo.

Sabor Añejo es uno de los grupos más reconocidos en la preservación de las tradiciones musicales y el folclore de Montehermoso. Está formado por apasionados del folclore, que se dedican a interpretar y difundir las canciones y bailes que han sido parte del acervo cultural de nuestro pueblo durante generaciones. Su nombre refleja el profundo respeto por las raíces y la autenticidad con que abordan cada representación, conectando el pasado con el presente a través de su arte.

Los Negritos de San Blas representan una de las tradiciones más antiguas y emblemáticas de Montehermoso. Este grupo, que actúa cada año en la festividad de San Blas, mantiene viva unas danzas que combinan elementos religiosos y festivos. Su labor es fundamental no solo en la conservación de estas danzas, sino también en la transmisión de su significado y simbología a las nuevas generaciones, asegurando que esta parte esencial del folclore montehermoseño no se pierda con el tiempo.

Aires Montehermoseños es otro grupo destacado en la promoción del folclore local. A través de la música y la danza tradicional, se dedican a rescatar y difundir las expresiones culturales que forman parte de la identidad de Montehermoso. A través de sus presentaciones, Aires Montehermoseños no solo entretiene al público, sino que también enseña y conciencia sobre la importancia de preservar las tradiciones que identifican a nuestro pueblo.

Los grupos del Centro de Mayores juegan un papel crucial en esta tarea de salvaguarda cultural. Los mayores de Montehermoso, que han vivido de primera mano muchas de las tradiciones que hoy se consideran parte importante de nuestro patrimonio cultural, son los depositarios de un saber que han transmitido con dedicación y cariño. Estos grupos participan activamente en eventos culturales y festivos, compartiendo su conocimiento y experiencias, y asegurando que las tradiciones no solo se mantengan, sino que se vivan y se sientan como parte del día a día.

En conjunto, estos grupos representan la dedicación y el compromiso de los montehermoseños y montehermoseñas por preservar su folclore y sus tradiciones. Su trabajo no solo enriquece la vida cultural del pueblo, sino que también fortalece los lazos culturales y asegura que las futuras generaciones continúen valorando y celebrando su herencia cultural. Gracias a ellos, Montehermoso sigue siendo un referente en la conservación de la identidad cultural extremeña.

Entre la leyenda y la historia. La indumentaria tradicional de Montehermoso al descubierto

La indumentaria tradicional de Montehermoso es un elemento emblemático de la cultura y el folclore de nuestra región. Sin embargo, a lo largo del tiempo, han surgido múltiples mitos y afirmaciones erróneas sobre la gorra, los trajes típicos y su significado, especialmente en relación con el estatus social de la mujer montehermoseña.

Uno de los errores más comunes es denominar el traje de diario de las mujeres de Montehermoso como "traje de soltera". Esta clasificación es incorrecta, ya que el traje no diferenciaba ni la edad ni el estado civil de la mujer, ni tampoco su estatus social. Esto desmiente la creencia de que el color de las mantillas indicaba si una mujer era soltera, casada, viuda, o incluso la edad de la persona que la usaba. En realidad, el traje de diario era una vestimenta común y no tenía connotaciones especiales sobre la vida personal de quien lo llevaba.

Otra afirmación falsa que ha circulado es la idea de que la borla de la cobija (una prenda que cubre la cabeza) indicaba si una mujer era virgen o que, en el caso de las viudas, sugería su deseo de volverse a casar. Estas suposiciones son completamente infundadas y no tienen respaldo en la historia y las tradiciones de Montehermoso.

Las imágenes y pinturas de mujeres con el traje de Montehermoso a menudo perpetúan estos estereotipos. Es importante destacar que, en muchas representaciones artísticas de la época, los autores, con el objetivo de capturar la esencia de la indumentaria, presentaban modelos usando el "Traje de Rueda" (traje de boda) junto con la gorra de espejo, algo que en realidad no era común para esas ocasiones. Además, en algunas imágenes, las mujeres aparecen con la cara tapada por un pañuelo mientras usan el traje de gala y la gorra de espejo, lo cual también es incorrecto, ya que este atuendo era más bien parte de la vestimenta diaria y no de las ocasiones especiales. El pañuelo tapando la cara tenía que ver con mantener la piel protegida del sol, por eso antiguamente la mujer montehermoseña se tapaba bien, para que no le diera el sol y así tener más blanca y reluciente la cara.

Una de las prendas que generó cierta polémica en alguna ocasión es la esclavina. La controversia giraba en torno a la posición de la esclavina, a la derecha o a la izquierda. Sin embargo, esta polémica es innecesaria, ya que no había una regla estricta sobre cómo debía llevarse; cada mujer la acomodaba de la manera que le resultaba más cómoda o que le daba mejor aspecto. Con el tiempo, el uso se estandarizó, pero originalmente no había una posición "correcta".

Otro mito común es el de la supuesta autenticidad de ciertas fotografías que representan el "auténtico traje de montehermoseña". Muchas de estas imágenes en realidad muestran trajes de gala que solo podían permitirse las personas más pudientes del pueblo, ya que los fotógrafos tendían a seleccionar los atuendos más impresionantes y decorados. Esto creó una imagen distorsionada de la vestimenta cotidiana de las mujeres del pueblo, que muchas veces era mucho más sencilla, adaptada a las limitaciones económicas de cada familia.

Sobre el alzapón, que es una cuerda con una borla en el extremo utilizada para sujetar los calzones, en Montehermoso también se conoce con el mismo nombre, aunque lo correcto sería llamarlo "calzón de alzapón".

En cuanto a los sombreros utilizados por los hombres de Montehermoso, hasta principios del siglo XX los más comunes eran el sombrero calañés de ala ancha (similar al estilo castellano) y el sombrero chambergo. Con el tiempo, estos fueron reemplazados por el sombrero de fieltro y el sombrero de copa, reflejando una evolución en la moda masculina de la época.

Mitos y leyendas en torno a la indumentaria tradicional de Montehermoso

A lo largo de los siglos, la indumentaria tradicional de Montehermoso ha evolucionado en función de los usos y necesidades del momento. Las personas del pueblo se adaptaban a su entorno, a sus costumbres y tradiciones, lo que convirtió a su vestimenta en un símbolo importante de identidad cultural. Es por esto que la indumentaria de Montehermoso no solo es una expresión de moda, sino también un reflejo de la historia y las tradiciones de nuestro pueblo.

Alrededor del traje típico y la gorra de Montehermoso se han creado una serie de mitos y leyendas que, en este texto, se han abordado y desmentido con el fin de preservar la autenticidad de la indumentaria tradicional y dignificar el traje típico como parte integral de la identidad cultural de nuestro pueblo. Las personas mayores y aquellas relacionadas con el folclore de Montehermoso nunca han respaldado las teorías que diferenciaban entre gorras de soltera, casada o viuda, por considerar que estas denominaciones carecían de fundamento y distorsionaban su auténtica historia.

Es por tanto un importante elemento que personifica nuestra cultura, folclore y tradiciones, siendo representado en diversas celebraciones, actos festivos y eventos familiares. A través de la indumentaria tradicional de Montehermoso, se mantiene viva una parte esencial de la identidad colectiva del pueblo, transmitiendo de generación en generación los valores y la historia que han dado forma a nuestras raíces y tradiciones. La vestimenta, más que un simple atuendo, se convierte en un símbolo de pertenencia y orgullo cultural, reflejando el arraigo a las costumbres que han sido cuidadosamente preservadas a lo largo del tiempo.

Es evidente que los mitos en torno a la gorra han sido alimentados por interpretaciones sin base histórica, y con el paso del tiempo, estas historias ficticias han sido asumidas como verdades. Sin embargo, muchas mujeres mayores del pueblo afirman que usaban la gorra de espejo en diversas ocasiones, no solo cuando eran jóvenes o solteras, sino también en festividades y celebraciones, sin importar su estado civil.

Otro mito es la teoría de que el espejo en la gorra de Montehermoso proviene de la influencia de las bodas gitanas. En realidad, la inclusión del espejo, al igual que las lanas y abalorios coloridos que adornan la gorra, fue una innovación decorativa introducida por Ana García Ruano (la creadora de la gorra de Montehermoso que conocemos actualmente) y no tiene ningún vínculo con tradiciones gitanas.

Como antes exponía, es importante destacar que, en las bodas montehermoseñas, el traje de novia o "Traje de Rueda" no incluía la gorra, sino que la mujer se cubría la cabeza únicamente con un pañuelo y una cobija, dejando claro que muchas de las creencias populares sobre la indumentaria de Montehermoso no se ajustan a la realidad histórica. Es crucial preservar la autenticidad y rechazar las versiones distorsionadas que desvirtúan las verdaderas tradiciones del pueblo.

La gorra de espejo de Montehermoso ha sido objeto de numerosos mitos y malentendidos a lo largo del tiempo. Uno de los errores más persistentes es la creencia de que los hombres rompían el espejo de la gorra de su mujer para que ningún otro hombre pudiera mirarse en él, o que la mujer lo reemplazaba cuando se casaba. No es cierto. Esta idea carece de fundamento histórico y cultural en Montehermoso.

Tampoco es cierto que un espejo roto en la gorra significara que la mujer había perdido su virginidad. Esta interpretación es completamente falsa y no corresponde a ninguna tradición real del pueblo.

Asimismo, no existe una clasificación de gorras según el estado civil de la mujer, como soltera, casada, casada alegre, viuda o viuda alegre. Esta categorización es un mito sin base en las costumbres de Montehermoso.

Respecto al uso de la gorra de espejo por mujeres casadas y mayores, es importante señalar que estas también la lucían en numerosas ocasiones, especialmente durante fiestas o celebraciones tradicionales. No era un accesorio exclusivo de mujeres jóvenes o solteras. De hecho, muchas mujeres mayores del pueblo confirman que solían usar la gorra de espejo, desmintiendo así los falsos mitos que han surgido alrededor de esta prenda. Estas mujeres recelaban de las historias inventadas que intentaban distorsionar la realidad de su cultura y vestimenta tradicional.

Sobre los tipos de Gorra de Montehermoso

A pesar de lo escrito y publicado en varios trabajos sobre la gorra de Montehermoso, lo cual merece todos mis respetos y consideración, es importante aclarar que las diferencias entre los tres tipos de gorra nunca se han basado en el estatus social de la mujer montehermoseña, ya fuera soltera, casada o viuda. Estas distinciones se han interpretado erróneamente a lo largo del tiempo, cuando en realidad eran simplemente una cuestión ornamental y no una señal de la condición civil de la mujer.

Los auténticos y verdaderos modelos de gorras son la gorra de espejo, que no debe ser confundida con una "gorra de soltera", ya que también las casadas se la ponían. La gorra de clavelera, que no está reservada solo para las mujeres casadas, y la gorra de luto, que también es una variante de la clavelera, y no una gorra exclusiva para viudas, ya que se la ponían las montehermoseñas (jóvenes, adultas, solteras o casadas) que perdían algún familiar y con ellas guardaban el luto. Estas distinciones muestran que la elección de la gorra estaba más relacionada con el estilo personal y el gusto estético que con cualquier tipo de codificación social o marital.

Este enfoque ornamental refleja una rica tradición en la que la creatividad y el deseo de embellecerse juegan un papel central, independientemente del estado civil o la edad de la mujer. La gorra de Montehermoso, en sus diferentes formas, es un testimonio del patrimonio cultural del pueblo, que se expresa a través de colores, formas y detalles decorativos, y no a través de símbolos de estatus o roles predefinidos. Esta interpretación más auténtica y precisa de las gorras refuerza la idea de que la vestimenta tradicional es, en su esencia, una expresión de identidad cultural más que una simple categorización social.

¿Cómo podemos proteger nuestro patrimonio cultural?

Registrando los testimonios de nuestros mayores y documentando los procesos de elaboración de los trajes tradicionales, de nuestra gorra y la ejecución de nuestras danzas.

Creando espacios de formación donde se transmitan los conocimientos de nuestros antepasados a las nuevas generaciones.

Difundiendo el conocimiento, ya que es fundamental que cada vez más personas conozcan la historia y el significado de nuestro traje típico.

Promoviendo el uso correcto a través de eventos y actividades donde se muestre la manera adecuada de vestir el traje de Montehermoso es una excelente forma de preservar su autenticidad.

Organizando talleres, charlas, eventos culturales y actividades que permitan dar a conocer nuestras tradiciones y fomentar el interés por ellas.

Realizando y promocionando publicaciones para fomentar el conocimiento y el respeto por este valioso legado cultural.

Trabajar para que nuestra gorra, nuestro traje, nuestras danzas y nuestras tradiciones sean reconocidas y protegidas por las leyes.

Involucrar a los vecinos y asociaciones de Montehermoso en la preservación de nuestro patrimonio cultural a través de actividades y proyectos colaborativos para la recuperación de tradiciones perdidas.

Apoyar iniciativas de protección y colaborar con personas, asociaciones y organizaciones que trabajan para salvaguardar nuestro patrimonio cultural es fundamental.

Exigir respeto a nuestro folclore y tradiciones. No permitamos que se trivialice o se tergiverse la historia de nuestro traje y nuestro folclore. Denunciemos cualquier uso inadecuado y promovamos el respeto por nuestras tradiciones.

La protección de las danzas tradicionales de Montehermoso

Es fundamental proteger la pureza de las danzas tradicionales de Montehermoso. Estas danzas, transmitidas oralmente y enseñadas a través de nuestros mayores, son una expresión auténtica de las vivencias de nuestro pueblo.

A lo largo del tiempo, hemos sido testigos de cómo estas danzas se han visto alteradas y adulteradas, perdiendo parte de su esencia original. La incorporación de elementos ajenos, la simplificación de los pasos y la falta de rigor en su ejecución son algunos de los factores que han contribuido a esta pérdida de autenticidad.

Nuestros antepasados nos legaron un rico patrimonio cultural, del cual la indumentaria y las danzas tradicionales son parte fundamental. Es nuestra responsabilidad preservar este legado y transmitirlo a las futuras generaciones, y asegurar que nuestras tradiciones perduren en el tiempo. Al hacerlo, estamos honrando la memoria de quienes nos precedieron y fortaleciendo nuestra identidad como pueblo.

La Indumentaria Tradicional de Montehermoso un legado que merece ser protegido

El traje tradicional de Montehermoso es mucho más que una simple prenda de vestir. Es un legado cultural que ha sido transmitido de generación en generación, cargado de simbolismo y arraigado en nuestras tradiciones. Este conjunto de prendas, rica en historia y simbolismo, representa junto a su gorra la identidad y el orgullo de un pueblo con una rica tradición cultural.

Lamentablemente, a lo largo de los años, hemos sido testigos de una preocupante adulteración de nuestro traje típico. La falta de conocimiento y el uso inadecuado han puesto en riesgo la pureza y autenticidad de esta valiosa herencia. Es fundamental tomar conciencia de la importancia de preservar cada detalle, desde los tejidos y los bordados hasta la manera correcta de llevar las prendas.

El traje de Montehermoso no es un disfraz; es una expresión artística de nuestra cultura tradicional. Cada prenda, cada color y cada adorno tienen un significado profundo, transmitido de generación en generación.

Es hora de reivindicar la autenticidad y el valor de nuestra indumentaria tradicional. Debemos exigir que se reconozca el traje y la Gorra de Montehermoso como un Bien de Interés Cultural, garantizando así su protección y preservación para las futuras generaciones.

I Jornadas sobre Indumentaria Tradicional de Extremadura en Montehermoso

El 2 de febrero de 2019, Montehermoso se convirtió en el epicentro de la cultura tradicional extremeña al acoger las I Jornadas de Indumentaria Tradicional de Extremadura. Este evento, organizado por el Área Natural Extremadura, fue una iniciativa que contó con el respaldo y la colaboración del Ayuntamiento de Montehermoso, así como de varios investigadores y personas profundamente vinculadas al folclore, la historia y la cultura de la región.

La Asociación Área Natural Extremadura destacó que el propósito de estas jornadas era salvaguardar la indumentaria tradicional, especialmente la de Montehermoso, y dignificar el traje típico como una parte esencial de las señas de identidad cultural de la localidad. Este evento no solo fue una oportunidad para mostrar la riqueza y diversidad de la vestimenta tradicional, sino que también se enmarcó dentro de una línea de actuación más amplia destinada a la difusión y divulgación del folclore y la cultura tradicional de la región.

Las jornadas reunieron a expertos y aficionados del folclore, quienes compartieron su conocimiento y experiencias sobre la importancia de la indumentaria tradicional como símbolo de la herencia cultural de Extremadura. A través de conferencias, exposiciones y debates, los asistentes pudieron profundizar en la historia, el simbolismo y la evolución de los trajes típicos, así como en su relevancia actual.

Uno de los principales objetivos de las jornadas fue fomentar y poner en valor el uso de la indumentaria tradicional, no solo como una pieza de museo, sino como un elemento vivo que forma parte del día a día y de las celebraciones de Montehermoso y otros pueblos de Extremadura. De este modo, se buscó inspirar a las nuevas generaciones para que continúen apreciando y utilizando estas prendas, asegurando así la continuidad de las tradiciones locales.

 

Más información en https://montehermosocultural.blogspot.com/

La gorra de Montehermoso: mitos, orígenes y realidades

Aportación a la memoria histórica de la indumentaria tradicional de Montehermoso

I Jornadas sobre Indumentaria Tradicional de Extremadura



Montehermoso: Imágenes para la historia

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Centenario del cuadro El Mercado de Joaquín Sorolla

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Historias, leyendas y anécdotas de Montehermoso

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CENTRO DE DOCUMENTACIÓN VIRTUAL: VÍDEOS

Sobre el origen de la Gorra de Montehermoso, sus mitos y tradiciones inventadas.

Indumentaria tradicional de Extremadura: Coria, Torrejoncillo, Montehermoso y Mata de Alcántara

Indumentaria tradicional de Extremadura: Coria, Torrejoncillo, Montehermoso y Mata de Alcántara
Documental de Eugenio Monesma Moliner, en el que podemos ver a Antonia Hernández Gil vistiendo a su hijo Orlando Hernández Garrido Hernández y su nuera, Noelia Rivera Martín.

Las huellas del folclore (02/05/2014)

Las huellas del folclore (02/05/2014)
Vídeo del programa 52 minutos. Canal Extremadura TV

Los Negritos de Montehermoso

Danza del Pie y El Mambrú (Montehermoso, Cáceres, 1972)

Danza del Pie y El Mambrú (Montehermoso, Cáceres, 1972)
Vídeo de la actuación del Grupo de Los Negritos de Montehermoso en el Concurso Nacional de Coros y Danzas de España en el Teatro de la Zarzuela en octubre de 1972 en Madrid, donde obtuvieron el 2º premio de 93 grupos participantes. Fondo de Música Tradicional. No-Do 125: Danza del Pie y El Mambrú (Montehermoso, Cáceres, 1972). Fuente: NO-DO: CANCIONES Y DANZAS

Montehermoso (Cáceres). El Pindongo

Montehermoso (Cáceres). El Pindongo
Vídeo del programa Raices – El Amor (I). Minuto 22:56 a 29:38. Fuente: RTVE.es A la Carta

Montehermoso (Cáceres) Danzas de Los Negritos: El ama del cura y el Mambrú

Montehermoso (Cáceres) Danzas de Los Negritos: El ama del cura y el Mambrú
Vídeo del programa Raices - El hombre y la danza. Minuto 02:05 a 08:05. Fuente: RTVE.es A la Carta

Taller de campanillos. Montehermoso (Cáceres)

Taller de campanillos. Montehermoso (Cáceres)
Vídeo del programa Raices – Los Gremios (I). Minuto 18:23 a 24:21. Fuente: RTVE.es A la Carta

Taller de alfarería. Montehermoso (Cáceres)

Taller de alfarería. Montehermoso (Cáceres)
Vídeo del programa Raices – El Pastor (I). Minuto 12:12 a 17:17. Fuente: RTVE.es A la Carta

Elección de la “Maja de España” en 1973 en Murcia

Elección de la “Maja de España” en 1973 en Murcia
Vídeo de la representante de Extremadura ataviada con un traje de Montehermoseña en la gala de la elección de la “Maja de España” en 1973 en Murcia. Fuente: RTVE.es Filmoteca Española NO-DO

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