Como ya es
conocido, al menos hubo dos construcciones que se utilizaron como Casa
Consistorial del municipio.
Es evidente que en un pasado más remoto no
contó con tal institución, al depender como aldea de la Mancomunidad de Villa y
Tierra de Galisteo, que era donde se ubicaba la administración de dicho
Concejo.
Sin embargo, al crecer paulatinamente (en el
siglo XVII ya triplicaba su población respecto a la de Galisteo), se hizo
necesario contar con una edificación propia que, aunque siguiera dependiendo de
la citada villa matriz, pudiera atender a sus vecinos en los trámites
primordiales.
De ese modo, en diferentes fases del siglo
XVIII ya tenemos pruebas documentales de que lo había, en las que no me
entretengo porque se puede acceder fácilmente a ellas: Catastro del Marqués de
la Ensenada (1752) e Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura (1791).
Pasan los días, transcurren los meses, transitan
los años y, en la segunda mitad del turbulento siglo XIX, volvemos a tener
noticias detalladas: el Diccionario
de don Pascual Madoz (1855) nos confirma que “tiene dos plazas, hallándose en la titulada de Arriba la casa
Ayuntamiento y cárcel”. Es decir, como los anteriores.
Y sería a continuación cuando se desmantela
la edificación mencionada de la “Plaza de Arriba” y, en su solar, se levanta la
Casa Consistorial actual: obra del arquitecto cacereño Rufino E. Rodríguez
Montano (acondicionada interiormente en 1974). Las dos lápidas graníticas
presentes en el piso superior de su fachada, superpuesta la una a la otra, nos
confirman ese hecho:
En la superior puede leerse lo siguiente
(perceptible con unos buenos prismáticos o cámara fotográfica con un zoom
apropiado):
ESTA FACHADA
CORRESPONDE
A LA ANTIGUA
CASA
CONSISTORIAL AÑO
1894(creo)
…Mientras que la
inferior la complementa con más detalles:
QUE FUE
TOTALMENTE
DEMOLIDAY
ADAPTADA
EN SU INTERIOR
EN EL
AÑO 1896(posiblemente)
Lo primero que nos llama la atención es que la
inscripción se reparte entre dos piedras similares (no de una fracturada al
azar, ya que la línea de conjunción y los bordes son muy regulares, sino para
que no disuene con el resto de losas): la misma roca matriz (coincidente con
otros sillares de la fachada), igual tamaño (por lo ya dicho), perfecta
adaptación a los vanos de las ventanas limítrofes, análogo tipo de letras
(grabadas por la misma mano) que denotan que no son arcaicas (modelos calcados
de patrones utilizados en el XIX)… De donde se infiere que, el grabado de
arriba, está mal redactado (“esta fachada corresponde a la antigua…”); lo que
se demuestra con la inscripción inferior (“fue totalmente demolida”…).
De donde intuyo que la leyenda superior nos
indica que en ese mismo lugar estuvo el antiguo Ayuntamiento (derribado en esa
supuesta fecha); mientras que en la parte inferior lo esclarece perfectamente,
señalando la fecha de culminación de la nueva fachada (cuando se graban ambas
lanchas en el espacio reservado a ese fin). En los años posteriores se
rematarían las estancias internas, hasta que tal vez se inaugura en 1897 (según
se ha escrito, aunque dudo de ello…).
Como podemos observar, es una hermosa,
artística y proporcionada edificación; dotada de buenas luces y uso de
seleccionados sillares (no mampostería, como en otras edificaciones, lo que
demuestra una saneada economía de las arcas municipales que en un principio
pensó hacerla de ladrillos…), compactos y geométricos
procedentes de las buenas canteras de la dehesa boyal(tal vez las mismas que
utilizaron los romanos para levantar la muralla de Coria…); obra de algún
reconocido arquitecto de la época, que sigue modelos clásicos(los pilares y
arcos de “medio punto” de la planta baja son inconfundibles, recios para
soportar el elevado peso de las superiores), en lugar de los “eclécticos” o
“modernistas” que proliferaban en esas fechas;con algunos elementos apreciables
en los Ayuntamientos de Coria y Cáceres (por poner dos ejemplos comprobables).
Como decía: una bella, atractiva y práctica obra.
Nota: los dos últimos números de ambas cifras señaladas,
bastante borrosos, pueden indicarnos que se grabaron al acabar la obra (parecen
diferir de los demás). Una observación cercana, mojando las piedras y
fotografiándolas desde diferentes ángulos, nos sacaría de dudas.
Domingo quijada González